¿Y la foto?

Con su acostumbrada perspicacia, Joaquín López-Dóriga ha subrayado una peculiaridad extraña en el comportamiento de López Obrador a partir de la tragedia de Acapulco. Toma nota de que aparentemente el presidente ha viajado a Acapulco en tres ocasiones desde que Otis destruyó el puerto, pero que no se ha visto ninguna foto de él en Acapulco.

El Ejército y Acapulco

Como cualquier desastre natural, o incluso la guerra, la destrucción de Acapulco por el huracán Otis suscita innumerables casos de desinformación, acusaciones, sospechas, rumores, y múltiples ejemplos de irresponsabilidad o heroísmo. Sólo el tiempo, los ciudadanos, los medios y, en su caso —muy remoto—, el Congreso, podrán separar la paja del trigo y darnos una idea más precisa de qué es lo que exactamente sucedió y por qué.

Venezuela sale de su inercia. ¿Habrá cambio?

En días recientes, la larga inmovilidad del statu quo en Venezuela parece haberse alterado. Acuerdos entre la dictadura de Maduro y gran parte de la oposición, entre la primera y Estados Unidos, y la celebración de primarias que derivaron en la selección de una candidata presidencial constituyen acontecimientos que podrían modificar el panorama en ese desdichado país.

La vergüenza de Palenque

A pesar de que muchos hayamos notado que el tema migratorio sólo suscita indiferencia en el seno de la sociedad mexicana y en su comentocracia, insisto en hablar del asunto tanto por las tragedias que entraña como por las sandeces que dice el gobierno al respecto.

Sobre las ideas falsas que vienen de lejos

Una de las consecuencias positivas, por así decirlo, de la nueva irrupción de la violencia en Medio Oriente consiste en la mayor visibilidad que ha adquirido una tendencia preocupante de las izquierdas mundiales. En Estados Unidos, en algunos países de Europa y América Latina, y marginalmente en México, emergió hace algunos años la temeraria noción de la interseccionalidad.

Los motivos de Hamas

El ataque o invasión a Israel por Hamas —una de las tres grandes organizaciones palestinas— suscitará múltiples reflexiones en los días, semanas y meses que vienen. Se le compara ya en sus dimensiones y consecuencias a la Guerra de Yom Kippur de 1973, o en todo caso a la Guerra en Líbano de 2006. Por el momento, merece por lo menos dos comentarios preliminares.