La encuesta de El Financiero, publicada el lunes, sobre las elecciones de 2024 en la Ciudad de México nos brinda información interesante sobre lo que puede suceder, pero también sobre lo que debe hacer la oposición, no sólo a nivel de la capital sino del país en su conjunto. Como recordarán quienes la vieron, en dicha encuesta —telefónica, sin duda— se muestra un empate técnico entre la alianza PAN-PRI- PRD y Morena en la capital, y si Movimiento Ciudadano se sumara a la alianza, una clara ventaja para esta última.
Antes que nada, conviene compartir con el lector las reservas del caso. En primer lugar, en efecto, es una encuesta telefónica con un sesgo inevitable, aunque cada día menor, hacia los sectores de mayor ingreso y escolaridad en la ciudad. En segundo lugar, se trata de un sondeo en la capital, que no puede ni debe extrapolarse a todo el país. En tercer lugar, resulta interesante porque, sin poner nunca en duda la integridad y la pericia del encuestador, el periódico para el cual trabaja sí tiene en su primera plana, aunque no en sus columnas, un claro sesgo oficialista. Pero con estas tres limitantes podemos especular un poco sobre lo que nos muestra.
Claramente Morena ha perdido a las clases medias de la ciudad. Se puede discutir mucho sobre si la capital, es decir, sólo el ex Distrito Federal, es ya mayoritariamente de clase media o no, independientemente de la gran aglomeración de habitantes en zonas populares como Iztapalapa y Gustavo A. Madero, pero todo sugiere que el sector de mayor escolaridad en la capital, el de mayor ingreso, el de mayor acceso a bienes y servicios de cierta calidad, por lo menos en relación al resto de México, hace que la ciudad más rica del país haya abandonado a Morena y se haya refugiado en las boletas de la alianza. Esto lo vimos el año pasado en las elecciones legislativas y para alcaldías, y la encuesta muestra la misma tendencia.
La encuesta no nos da demasiado detalle sobre cuáles son los sectores que han abandonado a Morena en la capital, pero como ya decía, todo parece indicar que se trata de los sectores de clase media y, en particular, de clase media baja. Por varias razones comprensibles. En primer lugar, los programas sociales del gobierno, destinados sobre todo a gente de las zonas rurales, del sur-sureste del país, de mayor edad y menor escolaridad, en la Ciudad de México o están menos presentes, o pintan menos. Para alguien que gana 12 000 o 15 000 pesos al mes, los 1800 de pensión para su padre o madre puede resultar menos importante que en los Altos de Chiapas. En segundo lugar, la capital es, desde luego, la parte más informada y politizada del país. Suele ser lo que los norteamericanos acostumbran llamar el famoso canario en las minas, es decir, el que avisa de lo que viene, sin decirnos cuánto tiempo va a tardar en venir.
La oferta para ese sector debe enfatizar lo que no hay en México y no necesariamente ser únicamente crítica de todo lo que ha hecho López Obrador. El énfasis, me parece, podría caer en el tema de las oportunidades para mejorar la situación de la familia, del ingreso, del empleo, de los derechos y del Estado de bienestar que espera este sector de la sociedad, que un día se encuentra por arriba de la línea que separa a la clase media del sector más popular, y al día siguiente, por una recesión, o una pandemia, o una crisis, se encuentra por debajo de esa misma línea. Parte de su rechazo a la 4T viene de que este sector de la sociedad sí es aspiracional, sí cree en el progreso, sí cree en las oportunidades para mejorar y superarse, sí cree en un México moderno, globalizado, democrático, donde el trabajo, el esfuerzo y las ganas de salir adelante, junto con las oportunidades para hacerlo, existen realmente.
La encuesta muestra también que todos los candidatos y candidatas, tanto de Morena como de la alianza opositora, le agregan poco a los votos que ya tienen. La única posible excepción sería Salomón Chertorivski, por parte de MC, que saca algunos puntos más que la pequeña votación de MC en la capital. Pero la encuesta claramente sugiere que Xóchitl Gálvez es la mejor opción para la alianza en la ciudad de México, que puede derrotar a cualquiera de los candidatos posibles de Morena, sobre todo si se confirma la alianza con Movimiento Ciudadano y este partido no presenta candidato propio. ¿Puede haber alianza en la Ciudad de México sin que la haya antes en el Estado de México, y para la Presidencia de la República al mismo tiempo? Probablemente no, pero no es completamente imposible.
Lo más importante a destacar de toda esta reflexión, sin embargo, es que si se confirma el abandono a Morena por parte de las clases medias de la mayoría de las grandes y medianas ciudades del país, y su disposición a votar por la oposición y sus candidatos —aunque le disguste la alianza con el PRI a los panistas, con el PAN a los priistas, con el PRI-PAN-PRD a los partidarios de MC—, la elección en la Ciudad de México será cerrada, y la de la Presidencia también, si es que la capital nos dice algo sobre lo que puede suceder después. Conviene recordarlo: el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones para jefe de Gobierno en 1997 anunció el triunfo de Fox en el año 2000, y así sucesivamente. Me parece que hay que prestarle más atención a las encuestas en los estados y en las ciudades que a nivel nacional, por ahora.