De las gelatinas al aspiracionismo

Quiero suponer que todo saldrá bien para el Frente. De una manera u otra —prefiero aquella que implica llevar el proceso hasta su culminación el domingo— para el 3 de septiembre habrá candidata competitiva; los demás, todos, le alzarán la mano a Xóchitl y comenzará una nueva etapa en la sucesión presidencial de 2024.

Partidos y candidatura: ¿qué hacer?

Llevo veinte años pensando —y de vez en cuando, actuando— para que gente sin partido pueda participar en la arena electoral mexicana. El instrumento idóneo, en mi opinión, consistió en las candidaturas independientes, es decir, la posibilidad de que personas sin partido pudieran figurar en diversas boletas electorales.

Judicialización de la política llega también a México

La llamada judicialización de la lucha política constituye un fenómeno cada vez más frecuente en las democracias actuales. No todas las quejas y acusaciones son válidas, pero todas encierran una dosis de verdad, por lo menos a ojos de los acusadores, y una alta dosis de falsedades, a ojos de los acusados.

El desafuero de Xóchitl

El proceso de judicialización de una ofensiva política contra Xóchitl Gálvez, descrito minuciosamente por Aguilar Camín ayer en Milenio, incluye un corolario indispensable. A diferencia de Rosario Robles, de Ricardo Anaya, de Jorge Lavalle y otros, Gálvez tiene fuero.

¿Xóchitl?

Entre empresarios y muchos comentócratas está de moda la idea de que 2024 ya se perdió en cuanto a lo que la Presidencia se refiere, pero que es muy factible que la oposición gane en la Ciudad de México, en varias otras gubernaturas del país (Puebla y Veracruz, por ejemplo) y, sobre todo, que o bien obtenga una mayoría exigua en ambas Cámaras, o despoje a Morena de la mayoría constitucional que hoy tiene en la Cámara de Diputados y que en ocasiones ha logrado en el Senado.