Los frentes blandos de Morena

Los últimos reportes de popularidad o aprobación de López Obrador han generado muchos comentarios, como es lógico a un año de las elecciones presidenciales. Algunos insisten en algo extraño: casi parece que los buenos números del presidente son culpa de la oposición, que no entiende por qué la gente lo aplaude a pesar de tan malos resultados de gobierno.

¿Xóchitl?

Entre empresarios y muchos comentócratas está de moda la idea de que 2024 ya se perdió en cuanto a lo que la Presidencia se refiere, pero que es muy factible que la oposición gane en la Ciudad de México, en varias otras gubernaturas del país (Puebla y Veracruz, por ejemplo) y, sobre todo, que o bien obtenga una mayoría exigua en ambas Cámaras, o despoje a Morena de la mayoría constitucional que hoy tiene en la Cámara de Diputados y que en ocasiones ha logrado en el Senado.

Las marchas que siguen

Ya casi todo se ha dicho sobre la marcha del ardor. Me quedo con la gran cantidad de gente que fue por convicción, y con o sin “apoyos” (gran eufemismo mexicano, seguramente un concepto fundacional del humanismo mexicano); con el Zócalo que no pudieron llenar los ya consuetudinariamente ineptos operadores de la 4T; y con la enorme ilegalidad del uso de recursos públicos para financiar la publicidad, el transporte y la alimentación de una parte considerable de los participantes.

La marcha y el PRI

Existen muchos motivos para festejar la marcha de ayer, y la mayoría ya han sido expuestos por sus participantes y otros comentaristas. Desde la distancia, y por lo tanto reducido a ser un frío y cínico espectador, quisiera concentrarme en un aspecto, que no es necesariamente el más emotivo, pero quizás el de mayor impacto duradero.

Mejor el Edomex que el INE

No sé si se acabe el mundo con la destrucción del INE, propuesta por Morena y su comandante en jefe. Hay muchas cosas que se podrían cambiar en nuestro sistema electoral, que fue construido para lo que se llamó la transición, y luego para aplacar a las huestes de López Obrador después de su berrinche de 2006.